De acuerdo, las cosas están fatal.
Nunca lo he negado, pero me resistía quizá a aceptar que “estando las
cosas fatal”, no pudiéramos salvarnos de la coyuntura, a base de (he escrito
durante meses atrás):
- Creerse lo que uno hace.
- Cambiar el chip aprendiendo a vivir con menos, o reorganizando el presupuesto personal /familiar.
- No solo existir,además, tener presencia.
- Apelar al sentido común (o lo que marca la diferencia).
- Menos quejarse y másformarse.
- ...
El panorama parece tan trágico que hasta sé de empresas – empresarios –
trabajadores a quienes les da cierto apuro decir que las cosas les van bien. A
algunos más temprano, a otros más tarde, pero ya no creo que quede nadie en la
faz del país dónde vivimos a quien no le haya tocado directamente o de muy
cerca las consecuencias de una crisis que ya perdió su sentido, se olvidó de
sus inicios, no encuentra salida alguna y que torna permanente.
Que uno puede revelarse y luchar desde la humildad de aportar un granito
de arena a la supuesta luz que existe al final del túnel; pero tampoco vayamos
de superhéroes… es más, aceptemos
que la luz es la que hay en el túnel y punto. Aprendamos a vivir con ello. Y
por cierto, seamos conscientes que todos estamos en el mismo barco y no podemos
sino más que colaborar, ayudarnos entre todos.
La no casualidad me ha llevado hace un par de días a recibir un mensaje:
"Aquellos que no aprenden nada de los
hechos desagradables de sus vidas, fuerzan a la conciencia cósmica a que los
reproduzca tantas veces como sea necesario para aprender lo que enseña el drama
de lo sucedido.
Lo que niegas te somete. Lo que
aceptas te transforma."
De C. G. Jung
Y de aquí, venga! Nuevas opciones positivistas o reactivas: Volver a
empezar. Ya no sirve recuperar. Aprendamos de lo que hemos hecho pero seamos
conscientes que ahora las antiguas fórmulas no funcionan y hay que crear nuevas
oportunidades. En cualquier caso, y en definitiva, por mi parte me propongo
concretar las acciones en un mix entre lo que ya pensaba y pienso (y he escrito
– lista de más arriba), y esas nuevas oportunidades.
- Propuestas proactivas. Que alguien no me muestre que me necesita o le podría ser útil no significa que no me necesite o le puedo ser útil. Es más, qué pierdo? Te hago una propuesta e incluso empiezo ayudándote por amor al arte. En el peor de los casos es una inversión.
- Diversificación del presupuesto personal o familiar; es decir, no contar con una sola vía de ingreso y combinar varias de ellas. Estrujarse el cerebro. Me ofrezco para... aportar contenidos y escribir en blogs o crear páginas web; Acompañar nuevas iniciativas empresariales; Organizar eventos personales; Y hasta el proyecto de manualidades y sesiones chill out de creatividad está en marcha.
- Ayuda colaborativa; ya antes de verano me ofrecí a los centros cívicos para hacer cursos de contabilidad familiar; control de los ingresos y gastos, cómo y por dónde ahorrar, y cómo y en qué invertir… insistiré en el tema; me parece una necesidad social patente en la que siento puedo ayudar.
Y sobretodo, mente abierta, reacción y volver a empezar.
Que parece que
al final, aún sí queda discurso optimista. O será que estamos fatal?! … ;) *
*Que me quiten lo bailao.