jueves, 9 de enero de 2014

Al tema: EMPRENDER. Consejos vs Experiencias.


Entre los típicos nuevos propósitos del nuevo año, uno de los que he empezado con buen pie, es el de dedicar un rato cada día a “cultivarme” en las redes. Léase, navegar, curiosear, no borrar de forma automática y sí atender los mails de los múltiples grupos a los que un día me apunté, leer artículos, debates, tendencias y demás.

Y debo admitir que sí, que enriquece de algún u otro modo, y que en realidad añoraba esos momentos de cultivo auto-personal, que te hacen pensar, generar opinión, aprender, y al final, escribir por querer compartir.


El tema protagonista de hoy es eso de moda que le llamamos EMPRENDER

A ver señores, muchos y variados consejos… 
- cómo escoger a tus socios, 
- cómo evitar errores básicos, 
- la mejor manera de llegar a tus clientes potenciales, 
- la importancia de los contactos versus la idoneidad de la “idea”, 
- o un debate sobre si un no-emprendedor puede ejercer de formador a emprendedores.

Muy sugestivo, pero - con perdón a las mil y una buenas intenciones, muy apreciadas y respetadas – hartas veces más de lo mismo.

Podríamos, para variar, explicar qué pasa en realidad.


Siempre ha habido almas inquietas que se han activado y decidido el camino de ser freelance o autónomo. ¿Alguien se ha fijado en la connotación de dichas palabras? Freelance, independiente, “lanza libre”. Autónomo, auto-suficiente, auto-gobernante.

Lo que antes podía ser por decisión libre y opción de vida, ahora en la mayoría de ocasiones nos vemos obligados a eso, no a ser “libres” sino a emprender. A emprender nuevos caminos alternativos al derrumbe empresarial, a la decadencia salarial, al menosprecio profesional, a las tendencias negativo-depresivas y a las largas listas de desempleo. Todos conocemos muchos y variados casos.

Lo que pasa es que muchas veces no sabemos a ciencia cierta lo que esto representa, más allá de las listas de consejos prácticos que podemos encontrar a tropecientos por la red. Menos aún cuando nos vemos abocados a emprender por obligación, por supuesto con toda la fe e ilusión del mundo mundial.

Como decía un “conocido publicista”: “señores, olvidémonos de buscar trabajo y empecemos a “crear” nuestro propio trabajo”. Eso sí, añadiría, no nos engañemos, el camino no es fácil, falta mucho temple, muchas ganas y trabajo, muchas “ostias” (con perdón), y por soñar que no quede que eso es gratis, pero para llegar a parecerse siquiera un embrión de portento emprendedor mega exitoso y forrado, de ahí al hecho, hay un buen trecho.


Qué tal si además de lecciones, empezamos a contar experiencias
Si además de consejos generalistas,  compartimos ejemplos y casos de fracaso y éxitoSi además de motivaciones, empezamos a tocar de pies en el sueloQuizá, siempre de forma positiva - por si había olvidado mencionarlo - ayudaríamos un poco más a dejar de frustrar ilusiones, o… situaciones de ilusión alimentadas de la obligación, y un poco más a alimentar las posibilidades y potenciar los recursos de los nuevos emprendedores.

Les invito a ello, bloggers, contertulianos, consejeros, escritores, consultores. Y me auto-invito a ello para próximas escrituras compartidas. 
¿Alguien quiere empezar?

(sin perder el optimismo, por favor).